29 mar 2024

The one and only

Mil hormigas me trepan por la espalda
cuando me dices «mi chico»,
cuando tu mano en mi mano,
cuando mi boca en tu boca
aspira el aliento de besos frustrados.

Me maltratas con tu lengua
entre sonrisas lascivas,
gemidos a medias,
púas de pasión.

Bailamos el vals de la rosa herida
por los rincones de nuestro ensueño.
Nunca me abrazas hasta triturarme los huesos,
polvo malogrado de las entrañas de nuestro deseo.

El amor es un monstruo de ojos verdes
que me acecha desde el armario.

El amor es el interior verde
de un sólido opaco.

Te anhelo con razón y sin certezas.
Y tú tan solo me aseveras:
«The one and only».

17 sept 2019

Sunión

«Place me on Sunium's marbled steep,
where nothing, save the waves and I,
may hear our mutual murmurs sweep;
there, swan-like, let me sing and die»
Lord Byron

Sus rizos refulgen bajo el laurel
mientras tañe una canción infantil.
Los delicados dedos se aferran a la lira
como a las ruinas de la última civilización.

Danza en los confines del tiempo,
Wilde niño,
Apolo Delfos,
efebo prodigioso.

Eres modelo, estatua,
sátiro, ninfa,
esfinge, quimera,
deidad, ensoñación.

Todos los pueblos del Mediterráneo
te rinden pleitesía.
Dedícame una mirada y déjame morir
a los pies del templo de cabo Sunión.

30 jul 2019

Alas

«Por miedo las plumas
me tuve que tragar»
Óscar Espirita

Voy a dejar que me crezcan las alas
y dejar de tragarme las plumas
y dejaros a todos en tierra.

Voy a dejar que me broten,
que me rasguen la espalda
y adornen con su plumaje
las cicatrices que me pintaron.

Voy a dejar que me crezcan las alas
y echar a volar.
Y ahí os vais a quedar vosotros,
cabrones.

29 jul 2019

Yo fui un niño de la guerra

Yo fui un niño de la guerra.
Crecimos huérfanos en
chabolas de extrarradio
de los barrios pijos de Madrid.

Yo, como tantos otros,
fui un niño de la guerra
de los afectos
que nuestros padres nunca lucharon
o perdieron.

De niño marica a adolescente maricón

Título de Óscar Espirita y un verso incrustado de Carmen Jodra

Salí de la piscina
y me los quedé mirando:
la piel brillante como plástico
y ni un vello a la vista.

Las risas,
el olor a cloro…
Mi libido infantil,
contramuro,
y la picha empinada.

Salí de la piscina
y me los quedé mirando:
los cuerpos definidos,
el caminito del diablo,
el bañador abultado.

Sonó el silbato y terminó la
cínica contradanza.
Yo aún con las ideas tan poco claras
y la polla dura.